[ARTICULOS] JOSE SÁNCHEZ LOZANO SU VIDA Y SU OBRA – SINTESIS. José Guillermo Rios

Quisiera hacer una especie de proemio del opúsculo que les narro, de forma que para el lector quede claro que lo que he llevado a la práctica es una serie de apuntes, informaciones, conversaciones e investigaciones, como consecuencia de lo lejos que me encuentro de la persona protagonista por motivo de su fallecimiento. Mi labor ha sido no una narrativa del personaje sino un estudio de su obra y las repercusiones en su entorno, para ello he ido concatenando escritos, informaciones, hojas sueltas y multitud de opiniones de quienes han formado su familia y entorno, no guardando un orden rigurosamente cronológico sino un solo capítulo de preferentes temas. Igualmente he prescindido de aclaraciones al pié de párrafos, aclarando en todo momento la fuente consultada o el origen del tema tratado. Con esto doy pie y me aprovecho para insertarlas aquí, de las palabras del cura de San Martín y arcipreste de Callosa de Segura D. José María García Bernabé, que tomándolas de la obra de Quevedo “Los Sueños” dicen: Dios te libre, lector, de prólogos largos y de malos epítetos.

En la plaza de San Pedro núm. 3 de la bonita villa del Pilar de la Horadada hay una casa en cuya pared hay una placa de piedra esculpida en la que se lee: “En esta casa nació el laureado escultor José Sánchez Lozano el 16-4-1904 Pilar de la Horadada le dedica este homenaje el 30-7-1987”. Puedo asegurar que esta es la fecha de nacimiento de nuestro escultor a pesar de figurar en otros medios una fecha distinta, y así lo prueba la partida de nacimiento sacada de la Iglesia Parroquial del Pilar de la Horadada.

Cuarto de una prole de 5 hermanos, hijo de Pedro Sánchez Pérez de San Pedro del Pinatar y de Dª Juana Lozano Albaladejo, de Fortuna, su profesión: labradores ganaderos.

Asistió a la escuela en dicho pueblo del Pilar de la Horadada. Sólo tenía 4 años cuando se trasladó con su familia a la legendaria Torre de la Horadada.

Es de justicia incorporar a la vida de tan insigne artista la importancia histórica del Pilar de la Horadada sobre todo en la alfarería romana, de la que hay constancia de importantes yacimientos alfareros por sus múltiples talleres de alfarería en donde se fabricaban platos, lucernas, ánforas, urnas cinerarias, pateras tejas, y ladrillos del famoso llamado barro seguntino distinguido por su color rojo fuerte y barniz que jamás se pierde y del que tuvo muy buen conocimiento el Maestro Sánchez Lozano.

Así es la tierra que vio nacer a nuestro escultor a cuyo cura párroco, el genial poeta compositor de las llamadas “Doloras” D. Ramón de Campoamor dedicó una en la que decia: “El cura del Pilar de la Horadada, como todo lo da, no tiene nada”.

A Sánchez Lozano pronto le surge su afición por el arte y su refinada educación le hace merecedor de un especial tratamiento por parte de sus padres que desisten de su ayuda en los trabajos de la tierra y es enviado a la edad de 13 años al taller de D. José Planes Peñalver en la ciudad de Madrid, donde se inicia a moldear y vaciado así como todo el entramado que conlleva el arte de la gubia, los pinceles y la paleta.

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Tras cuatro años de ayudante de D. José Planes consigue una beca con la que puede perfeccionar sus estudios, y así se traslada a Barcelona quedando matriculado en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge, en donde consigue en el curso académico del año 1920-21 medalla de honor en la especialidad de modelado. Gracias a las enseñanzas de taller, sobresalió con nota altísima en las asignaturas de Esculturas del Antiguo y Natural y Anatomía pictórica, por las que obtuvo premio de plata de la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona y Teoría e Historia de las Bellas Artes.

Acabados los estudios, en 1924 consigue el premio Conde de Lavern que concede la Academia Provincial de Bellas Artes. Entre otros trabajos, estuvo en los talleres de José Planes donde hizo un busto de la famosa “Bruja de Oropesa”, copia de una hecha por el artista Planes que posiblemente le sirviera de modelo para plasmar sus conocimientos ya que fue policromada, conservándola en su poder aunque más tarde la vendió a D. José Viudes Guirao.

En 1926 se le otorgó una bolsa de viaje que le proporcionó conocer las principales ciudades de España. A finales de este año hizo unos dibujos a especie de bocetos que se incluyeron en el proyecto para erigir un monumento en el Plano de San Francisco a este Santo.

Muy difícil es ubicar a Sánchez Lozano o definirlo concretamente en el mundo del arte, precisamente por eso aparecen en su vida como escultor diversos aspectos que lo caracterizan como una persona polifacética a causa de la diversidad de sus trabajos, pero siempre destacando su arte refinado al mínimo detalle. Es el Barroco quién lo atrae, llegando a conseguir de él el más detallado estilismo. Llega a considerar que en el barroco puede plasmar su objetivo en una obra de arte sin quedar reducido a la dialéctica de la piedad ni del proselitismo católico y piensa que toda la belleza que engendra debe ser plasmada en la imagen religiosa.

Una inclinación digna de tener en cuenta es la ejecución de retratos. Este arte que traspasa el tiempo y corrientes artísticas lo maneja pese a no ser admitido por la crítica que sigue las tendencias innovadoras de la época, pero que es admitida como recurso ante la ausencia de pedidos de taller, algo que en este caso no ocurre dado que a Sánchez Lozano se le atribuyen nada menos que unas 365 obras a las que solo las manos de su sobrino Onofre, o el imaginero de Moratalla Domingo Blázquez Carrasco también discípulo de González Moreno ayudaron en lo más elemental. Tampoco hay que olvidar que pasaron por su taller los hoy maestros de la talla y la escultura; Francisco Liza, Pérez Alba, Gregorio Henarejos, Antonio Labaña, Ribera Girona, etc. Esta aportación la introdujo con la ejecución de varias obras, siendo la primera la que hizo a la Vizcondesa de Alcira, otros a la Familia Valero y a la Familia Peña Guirao, otros en Cartagena y Madrid o el de la Cupletista: “La Bella Camargo”, el del Compositor Alvarez-Orsí o el que se encargó para el Huerto del Cura en Elche de la Emperatriz Isabel de Baviera.

Durante sus estudios en Barcelona optó por obras de tipo clásico como el Busto a Psamético III con el que obtuvo medalla de plata en Modelo y Vaciado en la Academia, y el Relieve del Dios Pan, hecho en escayola, un busto del Príncipe Tabnit de Sidón, en tamaño natural, un Plutos, una cabeza de la Diosa Ibérica y un desnudo masculino, sedente. Al regresar a su tierra continuó con su línea clásica haciendo un busto del Demonio de la Voluptuosidad en escayola, un sátiro sedente, en barro dado con pan de oro y un desnudo femenino en escayola.

Sánchez Lozano al igual que otros artistas de la escultura murcianos dedican este siglo a restauraciones y copias o reproducciones de los maestros del barroco Nicolás y Francisco Salzillo, Roque López, que como dice José Luis Melendreras en su libro “Escultores Murcianos” desarrollan en nuestra región una corriente denominada asalzillamiento. Solo Sánchez Lozano tiene adquirida la virtud de ser el único representante de la escuela salzillesca. Dice el mismo José Luis Melendreras: “La escuela de Salzillo no desaparece sino que continuará felizmente hasta nuestros días con la figura del imaginero José Sánchez Lozano, escultor y restaurador oficial del Museo Salzillo”.

Se le puede llamar a una gran parte del siglo XX como muy propicia para la imaginería religiosa. Para algunos escultores la renovación del arte barroco, para otros la continuidad de los estilos aunque todos ellos carecen de una creatividad manifiesta o de imaginación para crear nuevos episodios del calvario o vida de Jesús.

Siguen siendo las cofradías las encargadas de hacer los pedidos más significativos de obras de arte para ser procesionadas, y pese a las diversas guerras y repúblicas no proliferan monumentos ni obras faraónicas, la obra en este caso más significativa en Murcia es la Escultura al Cardenal Belluga (1957) situada en la Glorieta de España obra del genial González Moreno, el resto corresponde a imágenes o grupos y pasajes bíblicos para Cofradías, o réplicas a Iglesias Parroquiales de sus Santos patronos ante la fatídica pérdida de gran cantidad de imágenes que fueron destruidas en el año 1936. La escultura quedaba representada en Murcia por: José Planes, Garrigós, González Moreno y José Sánchez Lozano que hace que su obra se extienda por la región.

También sería bueno dejar claro que los historiadores, cronistas y críticos del arte, no han medido a todos los escultores con la misma vara a la hora de valorar las reproducciones. A Sánchez Lozano se le coloca casi al filo de dedicar su obra a copias de Salzillo. Sin embargo, podríamos distinguir, entre muchos más ejemplos, el de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Dolores de Aljucer. La Virgen de los Dolores, Patrona del Pueblo, es obra del escultor murciano Juan González Moreno autor de muchas y muy buenas obras de estilo neobarroco salzillesco, pues bien, esta obra la hizo a una similitud abismal, sin duda, de alguna fotografía de la original de la Parroquia, destruida en la Guerra Civil del 36 obra de Roque López (según el catálogo del Conde de Roche) y que fue entregada, según Juan José Franco Manzano en su libro “Arte y tradición de la Huerta de Murcia” a la parroquia en el año 1783, a su vez copia exacta de la original de Francisco Salzillo de la Iglesia de Jesús.

Podríamos enumerar muchísimas más copias tanto de Salzillo como de Bussi, como la Dolorosa o Soledad que hizo Roque López copia de Salzillo para la Iglesia de Beniajan, y sin embargo se les sigue considerando Continuadores de la escuela de Salzillo o barroquistas que aunque es totalmente cierto, nunca se les ha llamado imitadores de la obra de Salzillo.

Posiblemente a Sánchez Lozano, algo que se le podría tener en cuenta es no haber donado ninguna de sus obras, y sobre todo los modelos, a instituciones de arte, estando, por lo tanto, su obra en manos particulares que hace se tema que puedan desaparecer.

Aquí habría que tener en cuenta el caso casi inexplicable de que en manos de un particular como es D. Francisco Rosique, empresario de Cartagena, hayan obras tan importantes como el modelo de los pies y busto de La Dolorosa copia de Salzillo que hizo en 1929-30 su primera Dolorosa por encargo de D. Rodrigo Figueroa Duque de Tovar, obra en barro cocido de tamaño natural; o el modelo de “La Verónica”, igualmente de Salzillo (Copia del original de la misma fecha que el anterior) y titular de la Cofradía de Jesús, aparte de otras muchas obras copias de la Iglesia de Santa Catalina y de Jesús.

Otro tema a tener en cuenta es un alejamiento de las vanguardias que hará que caiga en un semi mutismo a su reconocimiento artístico, sin duda alguna al no querer entrar en el plan renovador del Círculo de Bellas Artes Murciano. Pero a Sánchez Lozano no se le puede negar como gran crítico y entendido en el arte escultórico y lo que es más difícil, uno de los mejores restauradores de obras de la gubia y el barro que ha dado Murcia y su entorno, es autor del Santo Costado de Cristo, grupo de gran belleza cuyas imágenes también pertenecen a Planes Diez, y Nuestra Señora del Primer Dolor para la Procesión del Calvario de esta ciudad murciana. Ya es de suponer gran mérito el saber que Sánchez Lozano está en posesión del título de Profesor interino de modelado y vaciado de la Escuela de Artes y Oficios de Murcia, y recordar la exposición de Marzo de 1981 en el Museo Provincial de Murcia. Pero su carácter recogido y la privatidad de su persona hace que no se relacione con el resto de artistas que en todo su tiempo salían en los ecos de sociedad, aunque hubiesen relaciones amistosas entre ambos, como es el caso de Pedro Flores que en 1933 le une un buena amistad con J. Planes hasta el punto de que pintó en su taller el cuadro “El Adios” de la colección del escultor y sin embargo no se conocen relaciones tanto en tertulias como en exposiciones.

También sus obras traspasaron las fronteras nacionales, prueba de ello son su Busto del General Sanjurjo (Paris), San Antonio con niño (Nicaragua), Un busto de La Dolorosa para la Familia Borbón Parma, Un Nacimiento (Colombia), San José (Bélgica), Virgen de Los Sagrados Corazones (Cartagena de Indias), Virgen de la Fuensanta (Argentina).

La primera obra en madera realizada por nuestro escultor, según manifiesta su sobrino Honofre, fue Un Sagrado Corazón de Jesús que hizo en 1920 hoy propiedad de Chico de Guzmán en Murcia. Aunque no debe quedar en la ignorancia que la obra que consagró a Sánchez Lozano como escultor, y que avalada por la prensa lo perpetuó fue en 1935 como consecuencia de la desaparición en 1931 de un grupo escultórico que representaba el abrazo de San Francisco a un crucificado, encargándosele en 1934 la reposición del mismo por la familia López Ferrer para la Iglesia de la Merced de Murcia, el escultor solo disponía de la inspiración de una pintura de Murillo. Según la información que se recogió, la obra fue perfecta.

Pero indiscutiblemente fue la Dolorosa, Virgen de los Dolores, o nuestra Sra. Del Primer dolor como la llamaba Salzillo, la Imagen que condicionó la vida artística de Sánchez Lozano. Según la obra de Ignacio López Guillamón y las investigaciones realizadas, Sánchez Lozano hizo unos 14 bustos de Dolorosas y unas 34 Imágenes para culto, de vestir, enlienzadas o acabadas en sus distintos formatos. Para la pedanía de El Raal, en el año 1940 hizo la imagen de Nuestra Sra. De los Dolores. Según información de Dolores Barranco y Manuel Herrero. La Imagen fue recibida en “El Trenque de D. payo” por todo el vecindario, recorriendo toda la carretera, Calle Mayor, entre arcos de rama de palmeras siendo depositada en el Altar Mayor de la Iglesia Parroquial, es una imagen de vestir de brazos articulados, el izquierdo un poco más levantado que el derecho y dirigidos al frente, las manos de grandes dimensiones y dedos alargados, los pies con sensación de movimiento, las cejas esculpidas y pintadas y las pestañas de pelo natural.

En 1941 tras la triste destrucción de obras de arte en el año 36 hizo para la Iglesia de San Pedro de Alcantarilla la Virgen de los Dolores encargada por el matrimonio Caride, camareros de la anterior y antigua Imagen titular destruida. Y así hay una Dolorosa en: Dos en La Iglesia Parroquial de Alhama, Alicante, Almansa, Alquife (Granada), Cartagena (Privada) Cofradías California y Marraja de Cartagena, Cuyar (Baza), Elche (Santa María) Fuente Álamo (Parroquia), Huescar (Parroquial), Jumilla (Parroquia del Salvador y Cofradía), Madrid (2 privadas), Mazarrón (Parroquia), Mula (Parroquia de Santo Domingo), Murcia (3 privadas, Iglesia del Carmen, Iglesia La merced), Ulula del Río (Almería), Oria (Granada), Orihuela (PP Franciscanos), La Palma (Cartagena parroquia), Purchena (Parroquia), S. Pedro Pinatar Parroquia), Santomera (Parroquia), Villar de Chinchilla y Chinchilla (Parroquia).

Sobre la ejecución de imágenes de La Dolorosa sería injusto no reconocer y testimoniar su origen. Fue en 1929 cuando nuestro escultor recibió la invitación del duque de Tovar D. Rodrigo Figueroa, a fin de que le orientara sobre la ejecución que pretendía de un busto del general Sanjurjo. Sánchez Lozano aceptó la invitación y acudió al domicilio del Sr. Figueroa que residía en Archena en su localidad de Los baños. No solo le orientó en las líneas y traza de la escultura, sino que intervino en su total ejecución.

Como consecuencia de esta estancia, el duque de Tovar, enamorado de las obras de Salzillo pidió a Sánchez Lozano le hiciera una copia de la Dolorosa, para ello conseguiría se le autorizara la entrada y el estudio de las obras de Salzillo en la Iglesia de Jesús en Murcia donde se encuentran ubicadas. El escultor no solo copió la imagen de La Dolorosa sino que estudió a fondo sacando toda clase de apuntes del resto de las obras.

Sin embargo aunque Ignacio López Guillamón, al que considero único gran conocedor del artista y al que se debe la más completa relación de las obras de Sánchez Lozano, pese a su opinión de que el artista estudió las obras de la Iglesia de Jesús, lo que presuntamente hizo fue hacer un vaciado de todos los rostros y cabeza de las imágenes de Salzillo. Y podría confirmar mi teoría el hecho de que las primeras imágenes de la Dolorosa y la innumerable cantidad de copias que después hizo para bustos fueran de escayola o barro y no precisamente de madera de ciprés, como él gustaba o de cerezo.

Así, sobre el año 1932 al 35 hizo un busto al mismo tamaño de La Dolorosa original para el doctor D. José Carrillo Lozano a quien D. Francisco Cánovas Carretero se la adquirió posteriormente. El Sr. Cánovas visitó a Sánchez Lozano en su taller de La Torre de La Horadada a quien le pidió transformara el Busto en imagen para ser procesionada, colocándole brazos y dándole la altura necesaria para hacerla imagen de vestir. Posteriormente el presidente de la Cofradía del Cristo de la Misericordia de Murcia D. Juan Antonio Márquez convenció al Sr. Cánovas Carretero a fin de que la cediera para procesionar en esta Cofradía como Santísima Virgen Madre de la Misericordia, cosa que así hizo y siendo, por tanto la única Virgen de la Misericordia que desfila en procesión en la Semana Santa Murciana.

Precedida por la Imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, sale esta Imagen en la noche del día de Viernes Santo por la colaboración de sus estantes, que a su costa, hicieron el trono de la misma donándolo a la Cofradía según documento que obra en la Sede del Titular a cuya cabeza figura el entonces su cabo de andas D. José Mora Hernández. Igualmente han donado por aportación voluntaria la Corona de Plata que distingue su sagrada cabeza. Pero sería injusto no hacer mención a su Camarera Dª Josefina Ródenas Hernández que ha vestido a la Imagen de la Virgen de la Misericordia con las ropas y el más bello manto imaginable.

De la Virgen del Rosario se conocen 9 imágenes, ubicadas en La Algaida, Alguazas, Corvera, Fortuna, Murcia, Torreagüera, Torre Pacheco y Totana

Hay una Purísima Concepción en una casa particular en la localidad de Monteagudo, tiene unas dimensiones de 1`80 metros en un buen estado de conservación. Dice de ella Juan José Franco Manzano en su libro; Arte y tradición en la Huerta de Murcia: Preciosa, elegante y majestuosa Purísima de J. Sánchez Lozano que copia la tristemente desaparecida en Mayo de 1931 perteneciente a los PP Franciscanos de Murcia, plena de movimiento, arrebatador barroquismo y estofado dorado deslumbrante. Y añade: Quizás le sirvió de modelo para la sensacional Purísima de La Merced de Murcia.

En la misma línea hay un número considerable de Imágenes de La Inmaculada; Ignacio López Guillamón en su obra José Sánchez Lozano, o la continuidad de la Imaginería murciana contabiliza unas 12.

Del talento del escultor han salido obras para casi todas las cofradías de Murcia capital y localidades de gran trascendencia procesional. Así en Murcia ciudad, correspondientes a la Cofradía del Perdón, han salido de su taller las imágenes de; La Soledad 1943, de la Hermandad del Encuentro en la Vía Dolorosa (1948), De la Flagelación (1945) y Del Prendimiento (1947).

De la Hermandad de Esclavos de Ntro. Padre Jesús Del Rescate y María Santísima de la Esperanza es obra suya la Imagen de María Santísima de La Esperanza (1948).

De la Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Sr. Jesucristo, son de Sánchez Lozano las imágenes de Pilatos (1945) y “El Berrugo” (1945) del Paso del Pretorio.

De la Cofradía del Cristo de la Misericordia; La Santísima Virgen Madre de la Misericordia (1932-35).

De la Real y Muy Ilustre Archicofradía de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado; La Virgen Gloriosa (1950).

Una minuciosa labor es la que desarrolla Sánchez Lozano en Cartagena. Como Gran restaurador de obras, sobre todo de Salzillo y Roque López es llamado a la ciudad departamental a fin de restaurar las obras destrozadas en la pasada Guerra por los partidos de izquierdas. Tal impacto produjo su labor que no tardaron los encargos de imágenes religiosas para sus hermosas procesiones, así en el año 1940 para los Californios hizo San Pedro, El Angel y Jesús de la Oración del Huerto (1941), Grupo escultórico de la Conversión de La Samaritana (1943), El Angel de La Pasión de los Californios. La Vuelta del Calvario, es un grupo formado por una réplica de la “ “Pequeñica” de Salzillo, San Juan, María Magdalena y Maria Cleofás (1968). Más adelante en 1972 hizo “Los Hebreos” que corresponden a la entrada de Jesús en Jerusalén, o del Trono de “la Burrica”. Santiago Apóstol en 1976, y un Grupo escultórico que lo forman seis imágenes realizado en el año 1979-80 al que se le denomina “ El Juicio de Jesús” o “Sentencia de Cristo” en el que figuran Jesús, San Juan, El Sumo Sacerdote, un escriba, un sayón y un testigo del que entre la perfección de su acabado hay que destacar la policromía conseguida.

En Orihuela, ciudad del escultor, se consagra como gran restaurador, es llamado sobre el año 1929, según manifestaciones del propio escultor para restaurar la obra de Salzillo La caída de Nuestro Padre Jesús, y hacer los trabajos pertinentes a fin de elevar o darle más altura a la figura del Cirineo.

El efecto y acabado del trabajo entusiasmó a la cofradía del Santo Perdón a la que pertenecía y como consecuencia de ello siguieron sus trabajos en esta monumental e histórica ciudad restaurando las imágenes; El Cristo de Zalamea, La Calavera y Costillas del Triunfo de La Cruz y El Cristo del Consuelo de la Hermandad del Silencio

Pero la talla que más ha impactado en Orihuela fue la encargada por el padre Prior del Convento de los Padres Franciscanos, Rdo. D. José Uribesalgo. Se trata de la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Dicha imagen debía sustituir a otra destruida en la guerra del 36 cuyo autor era D. Nicolás de Bussy, aportándole unas fotografías única base para su construcción. Sánchez Lozano consiguió una talla en madera en la que empleó las mismas técnicas que los escultores Salzillo o Nicolás de Bussy, tales como el empleo de liquido de las entrañas del cordero para la policromía o los fondos de ampollas de cristal para los ojos. La Imagen fue procesionada en 1941 y quedó en la Iglesia de Santa Ana.

Poco después por recomendación del alcalde de Orihuela D, Mariano Belda se le encarga la construcción de la Imagen de Nuestra Señora de Monserrate, Patrona de la Ciudad que igualmente había sido quemada durante la guerra civil.

Según relata María Gloria Aparicio Valero, Sánchez Lozano realizó para Orihuela: La Dolorosa y San Juan, La Soledad. Inmaculada Concepción, La Virgen de Fátima. Nuestra Sra. De la Merced, San Francisco de Sales, San José, Nuestra Sra, de Monserrate y figuras de Belén (por encargo de la Caja de Ahorros), y un busto de bronce de D. José García Goldáraz.

En el morisco y tradicional pueblo de Mula en donde se goza de una de las tradiciones más representativas de la pasión como es “Los Tambores”, que constituyen un acto de identidad social, parece que se rinde homenaje a nuestro escultor. El día de Miércoles Santo sale a las calles la procesión en la que todos los pasos son del taller de Sánchez Lozano; El Grupo de La Samaritana, La Oración en el Huerto, El Prendimiento, Ecce Homo, San Pedro, San Juan, y La Virgen de Los Dolores.

Cualquier tema de esta hermosa procesión es digno de comentario, pero yo he reparado en el paso Ecce Homo por su profundidad y realismo con la vida y sociedad que nos rodea. Este hecho narrado por San Juan en su Evangelio se lleva a los retablos de las iglesias a partir del renacimiento y se muestra como escena narrativa de los hechos. Cristo, aparece con los símbolos de la realeza que los soldados le pusieron en tono de burla, la corona de espinas y el manto púrpura, en ocasiones lleva un cetro simulado por una caña, su cuerpo muestra los signos de la flagelación, las manos atadas con una cuerda y tiene una soga alrededor del cuello que cuelga por su cuerpo hasta los pies.

Sánchez Lozano modela a Cristo con una expresión de llanto y comprensión, resignación y un dolor oculto por el amor a los demás y no a uno mismo, al igual que ocurre en las pinturas de principios del renacimiento.

El Jueves Santo, junto a San Juan y La Virgen de Los Dolores sale Jesús Nazareno. La frescura del Viernes Santo de la primavera murciana procesiona a una hermosísima Piedad, Un Cristo Yacente y María Magdalena. Para el Domingo de resurrección el pueblo de Mula rinde ante sus calles la majestuosidad de sus obras María Magdalena, San Juan, San Pedro, y cierra con la Santísima Virgen.

Para Mula, igualmente, le fue encargada una Imagen de Santa Teresa, San Elías y una Inmaculada para el Colegio de La Pureza (Copia de Salzillo). Cabe resaltar que de la Cofradía de la que se le encargó La Caída, el artista Imaginero Sánchez Lozano recibió la grata noticia escrita de la gran alegría producida en el pueblo de Mula por la belleza y majestuosidad de dicha imagen.

En Cieza pasean sus calles en la semana pasional; el miércoles Santo La Oración del Huerto (reforma total del paso 1967), Viernes Santo La Caída de la Cofradía de La Oración del Huerto y Santo Sepulcro (1973). El Jueves Santo sale la talla de vestir Nuestro Padre Jesús Nazareno (1961), y la Santísima Virgen de los Dolores (de vestir, 1952).

Alhama abre su Semana Santa el Viernes de Dolores La Iglesia de San Lázaro con la Cofradía del Paso Negro sacando como única imagen La Dolorosa, esta imagen participa el Martes Santo y el Domingo de Resurrección por la Cofradía de Los Dolores.

En Elche desfila por sus calles un San Juan y La Dolorosa que completan El Calvario, el paso titular de la Cofradía de La Samaritana, Grupo de La Samaritana que hizo igualmente para el pueblo de Beniaján y que también fueron encargados y hoy desfilan en los pueblos de Cartagena (Restauración del trono en 1980) Grupo La Samaritana para Alguazas, y para Aspe (1979).

En la capilla de la Finca de D. Casto Torregrosa hay una imagen de la Virgen de la Asunción, una de San José con niño, una de Nuestra Señora de Monserrate, una de San Pascual Bailón y un descendimiento de la Cruz. Estos son modelos que poseía el escultor en su taller y que vendió a D. Casto. Del modelo de Descendimiento o virgen de las Angustias es del que sacó una Virgen de Las Angustias para la parroquia de Redován en 1947 todo ello del grupo de Francisco Salzillo que hay en la Parroquia de San Bartolomé de Murcia.

Para la Iglesia del Hospital de Elche es también un San José con Niño hecho en 1955.

De D. José Sánchez Lozano se puede hablar mucho por su prolífera obra, pero sacando conclusiones sobre su labor, su arte y su vida hemos de decir que llenó sus imágenes con la dulzura y el respeto no conseguido por otros autores. Dio a sus vírgenes el rasgo inconfundible de la belleza de la moza murciana, guapa, amable y sutil. Utilizó siempre un tamaño más reducido para sus obras profanas, apartándolas de la verdad sensible y palpable de las demás, mientras que a sus grupos pasionales los dotó del sentimiento necesario para saber conectar en todo momento con el pensamiento y la devoción del lugar a donde iban dirigidos.

Cerca de su entorno de trabajo se alza una Murcia que como todas las ciudades ha pasado por los avatares lógicos de la sociedad, la política y la cultura a la que ha tenido que adaptarse, sin perder su clave estética ni la línea primitiva de su celo artístico, no queriendo entrar en un vanguardismo que le hiciera perder su ética aunque sí remodelar en lo posible por las exigencias de la corriente cultural y social.

Sánchez Lozano ha sido distinguido tanto por el Cabildo Superior de Cofradías de Murcia como individualmente por las Cofradías de La Preciosísima Sangre de Murcia y Cristo de la Esperanza al que hizo una maravillosa restauración de su Cristo Jesús Nazareno; en Cartagena por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno; en Cieza por la Cofradía La Oración Del Huerto etc.; Es académico con medalla de oro de la Academia de Italia delle Arti del Lavoro; posee el Laurel de Murcia de las Bellas Artes y la Medalla de Plata de la Societé Academique D´Education et d´Encouragemen de París.

En Murcia participó como invitado especial por el Excmo. Ayuntamiento en el Jurado de la Batalla de Flores en el año 1935. A esta manifestación Floral, participó en dos ocasiones con carrozas diseñadas y elaboradas por él.

José Sánchez Lozano yace en el cementerio del Pilar de La Horadada, tierra que le dio la vida y se la entregó al arte.

Sirva esta síntesis como homenaje en el Centenario de su nacimiento.

[ARTICULO] Ganar el Jubileo. Dª. Leticia Guillermo López

Es bueno que resuciten buenas costumbres y se popularicen para el bien social y humano, y sobre todo para aquellos cuyo corazón no ha perdido el norte de la Fe y no permitir que caigan en el olvido, por eso, a estos eventos debería escribírseles un epitalamio.

Tampoco hizo falta que San Juan cayera en Viernes para fijarlo como día apropiado. Los cabos de andas de los tronos Santísima Virgen y Cristo de la Misericordia fijaron un domingo que suspendería las funciones rutinarias de nuestras almas para dedicarlo al Año Santo de la Vera Cruz, el acontecimiento jubilar que nos ha llevado a reflexionar detenidamente sobre nuestra situación moral y humana, y así emprender la peregrinación que nos llevó a Caravaca, a ese montecillo en cuya cima y en el centro del imafronte de su Sagrada Iglesia está la Santa Cruz, y en el interior de su templo La Santísima y Vera Cruz, una lignum crucis, un trozo que corresponde al leño en el que fue crucificado Jesús y que se conserva en un relicario, simbolizando el amor y la penitencia. Ya no hay que esperar a que llegue el Juicio Final para oir tocar la trompeta, todo lo tenemos aquí, al alcance de nuestra mano pues en 1998, La Santa Sede concedió a Caravaca La celebración de su Año Jubilar “ad perpetuum”, siendo la quinta ciudad de la Fe cristiana que ostenta este sin igual privilegio.

Y fue tan desbordante nuestra alegría que se transformó en la fiesta de la Peregrinación, alivio del alma, descanso del cuerpo, la ascética del nazareno, todo ello bajo la presidencia de una pequeña cruz en la que no buscábamos significado histórico alguno, ni ritos ni costumbres, solo un camino abierto a los que profesamos la Fe católica. Ni un solo personaje circunspecto al que deber pleitesía, intentando despejar lo paradójico que es saber por qué morimos y en cambio no saber para qué vivimos.

Las calles del pueblo eran un continuo ir y venir no se si decir de muchedumbre ya aleccionada o indocta turbamulta, pero que todos coincidían en un vértice final y un pensamiento unánime, teníamos que culminar y sobre todo dar testimonio, porque sí lo sentíamos, de nuestra presencia en tan sagrado lugar, acudiendo a la llamada que anteriormente nos había hecho el nuncio del Santo Padre: Monseñor Monteiro de Castro, y sobre todo cumpliendo con lo que nos ordena nuestra conciencia religiosa.

La idea de Dani y José María no pudo ser mejor; La presencia de los camareros de los dos tronos; Josefina y Jerónimo, nazarenos jubilados, enfermos, mujeres, niños acudieron a la peregrinación con alegría, con amor, y es que las buenas ideas son las verdaderas madres de la vida, antorchas o luminarias que transmiten, por símbolos o personificaciones, la savia de unas generaciones a otras. Son una herencia intelectual y moral, cuya conservación y acrecentamiento aporta, al sagrado depósito de las tradiciones, factores y elementos nuevos, que con el sedimento, lastre de las antiguas generaciones, constituyen la trama de la vida universal, aunque azarosa y temeraria.

[ARTICULO] La Misericordiosa Madre de Cristo. D. José Guillermo Rios

De todos es conocido que Misericordia es la disposición a compadecerse de los trabajos y miserias ajenas, está fundamentada en dos valores esenciales: perdón y reconciliación. Por eso es muy frecuente encontrarnos en los Santos Escritos palabras como; “Acuérdate, oh Yavé, de tu Misericordia, de tu bondad que son eternas. Salmos 25 (24)… Pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre perdonará las vuestras”. S. Mateo 6.15.

Yo no soy un exegeta, solo un católico que busca en la Biblia el alimento de su alma, sin embargo es en la vida misma donde encuentro, a veces, el camino más sencillo y llevadero que conduce a la realidad y tranquilidad espiritual que necesito.

Dice el adagio que el primer paso es el que más cuesta, pero también que la suerte es de los atrevidos, y este paso y esta suerte la tuvieron el grupo de nazarenos de la Misericordia el día que iniciaron la creación de un trono para la Santa Madre de Jesucristo, algo casi inédito ya que desde hace muchas centurias, maestros del cincel, del pincel o de la gubia sólo se han ocupado de inmortalizar actos bíblicos jerosolitanos que representan el nacimiento de Cristo, La Piedad, La Sagrada Familia, la Adoración de los Reyes, o Los Crucifijos, que tanto inspiraron a Miguel Angel, Rivera, Carl Bloch, y otro muchos, llamando a Cristo no con un exiguo repertorio de alabanzas sino con un rosario de atributos dignos y merecederos. Pero en ninguno de ellos aparece cuadro o imagen de la Misericordia. Igual ocurre en los siglos de oro de la pintura y la escultura; Ni Senén Vila en sus pinturas, ni los pintores y escultores Villacís, Salzillo, Roque López o Giraldo Bergaz figuran en los catálogos de Baquero Almansa, Cean Bermúdez y otros como autores de la Misericordia.

Pero si grande es la Misericordia de Cristo, cuánto más grande será la Misericordia de una Madre. Si D. Luis Belluga, gran benefactor, creador, de la Casa de Misericordia en Murcia, no dejó junto a su obra una madre que acogiera bajo su manto aquellas criaturas, otros tendrían que venir que cubrieran este insostenible vacío. Y fueron estos los llamados Nazarenos del Trono de la Santísima Virgen Madre de la Misericordia los que lograron con su esfuerzo, encontrar a la Madre y hacer que la magia de su figura, la fascinación de su mirada en ese momento de franqueza invencible que se produce cuando asoma por la Puerta de la Iglesia de San Esteban a cuyos lados, entre columnas corintias, San Lucas y Santa Catalina coronados por San Esteban, anuncien con ese soplo de brisa o hálito ardoroso que nos envían y nos envuelve sobrecogedoramente, que sale por esa puerta la Misericordia Divina, La Santa Madre de Dios, esa imagen perfectamente trazada de la mano de Sánchez Lozano en la que parece transparentarse o se transparenta la galanura de una flor, siempre con la severidad de la obra, en esa tarde de Viernes de Pasión.

Luego ese pólipo que camina silencioso, llevado por treinta y seis voluntarios y devotos cireneos que se saben portadores de esa perfección de clásica forma teologal, que reúne un matiz gigantesco y que constituye el rasgo más pronunciado de bondad y misericordia, hará el Vía Crucis murciano anunciando la verdad de los misterios, evangelizadora, misericordiosa, diciendo que la mentira puede perdonarse por ese bien que a veces causa, o por ese alivio momentáneo del mal que niega, pero que como se lee en el Evangelio de San Juan: La verdad os hará libres.

Al ser humano, cuando la ignorancia o la estúpida soberbia les aleja de Dios, cuando los desocupados se proclaman ateos por no tener que creer en las verdades divinas, se convierten en juguetes de sus absurdas supersticiones, sin observar en su insensatez el ridículo que les circunda al erigir pedestales a los anyfes, pitonisas, agoreros, nigromantes, sanadores o cualquier oportunista aprovechado de la candidez colectiva. Y ahí esta la Santa Madre de la Misericordia, siempre con el perdón en sus labios, dándoles una y otra oportunidad de optar por el camino que les ha de conducir a Dios a través de su Misericordia infinita.

En la azul noche murciana del Viernes, un negro manto bordado en oro por unas manos amorosas, abrigan el corazón de La Virgen Santa de la Misericordia, que a pesar de las cristalinas lagrimas, Perlas Divinas que desde sus ojos se deslizan por su perfecta policromada mejilla, brotan por el dolor de la muerte de su amado hijo, aún nos abre sus brazos. Ha sido la voluntad y el esfuerzo de sus nazarenos que están convencidos de que el amor y la misericordia de esta Santa Madre no les ha rozado tangencialmente el corazón, se lo ha invadido.

[ARTICULO] El nazareno estante. D. José Mora Hernández

Siento amor por las tradiciones. La convivencia con mis paisanos, acrecentada más si cabe en las señaladas fechas que aglutina la Cuaresma y el apego que sentimos los murcianos a nuestras raíces, nos hace sentirnos mejores y más creativos cuando la Semana Santa apura su presencia en el horizonte para acercarse despacio, lentamente, paso a paso, al corazón de los nazarenos, permitiendo que el deber de dar testimonio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús y de su presencia en nuestras vidas sea tan real como lo fue para los primeros discípulos. Como cristianos, proclamar a Cristo no es sólo un deber, sino también un privilegio.

Intentaré comunicar ese sentimiento que el estante murciano encierra dentro de sí y sólo para él es capaz de trasmitir. Las sensaciones que se experimentan debajo de un trono, difícilmente se olvidan constituyendo por sí solas el merecer la pena de sacrificarse por unas horas, que siempre serán y parecerán pocas. Parto de la base que él mundo Nazareno es un mundo de sentimientos; los sentimientos son los únicos que tienen la suficiente fuerza para movilizar lo que los estantes murcianos mueven y son capaces de plasmar.

Los momentos privados que ofrece el lugar de Mayordomo o Penitente, son íntimos, solitarios, son suyos y de nadie más, pero los momentos compartidos bajo un trono, ocupando un trozo de vara o en la tarima, son los mas hermosos que se pueden vivir, se crea un ambiente especial de verdadera hermandad entre personas de distinta procedencia o nivel social, todos dan lo mejor de cada uno y cuando flaquean las fuerzas el mirar la cara del compañero que sufre igual que tú, te anima a seguir.

Cuando se porta un trono a hombros y éste es el de Ntra. Sra. Madre de Misericordia, que parece cobijar bajo su manto a todos sus hijos que la trasladan en volandas, la procesionan con orgullo por las calles murcianas, la mecen con mimo y a la vez con destreza, no se piensa que se es más que nadie, simplemente uno se siente Estante, entregándose en cuerpo y alma sin pedir nada, pero obteniendo mucho a cambio, como la hermandad de los que van con él, la sinceridad, el compañerismo y la gratitud de todos.

Cuando después de participar en los preparativos de la Procesión, llega el momento de cargar el paso sobre tus hombros, sientes un algo especial que no sabrías explicar, por eso cuando llegas a la Iglesia y te pones frente a tu Virgen, un nudo en la garganta te impide hablar y sólo piensas en lo “bonica” que es, aunque sabemos que se trata de una imagen que conmueve pero que impresiona verla moviéndose lenta y dulcemente con ese mimo especial que los Estantes sabemos dar.

Todo ello me hace pensar que los Estantes somos seres especiales y que año tras año hacemos la historia de las Cofradías en la Semana Santa Murciana 

[ARTICULO] Nuestro cometido. D. Antonio José Sánchez López

Se abren las puertas de San Esteban y comienza nuestra misión, un año más vamos a mostrar la Virgen de la Misericordia al público que se arremolina en el recorrido. Al cruzar el umbral de la puerta pensamos que debemos hacerlo bien, debemos estar a la altura de la imagen que llevamos sobre nuestro hombros y debemos cumplir nuestro cometido para con los asistentes a la procesión. Nos aparece un nudo en la garganta al dar los primeros pasos, pero Ella se lo merece.

Los niños esperan nuestros caramelos, algunos parientes o amigos nos buscan para hacernos las consabidas fotos de recuerdo, pero todo eso se paraliza cuando nuestra Virgen se presenta en la calle. Un murmullo recorre a los presentes, la imagen ejerce de imán sobre sus miradas, sobre sus corazones, sobre su atención, la belleza de la talla hace casi obligatoria una reverencia a su paso, provocando multitud de ellas.

Ya no importan los nazarenos, ya no importan los caramelos o el cobrador de las sillas, solo nos fijamos en esa imagen, nuestra mirada es atraída por ese rostro. Las lágrimas que brotan de sus ojos nos llegan a conmover, esa expresión de sufrimiento, de angustia por un ser querido nos emociona. Sánchez Lozano consigue que hombres, mujeres y niños entiendan el dolor que siente nuestra Madre al saber que su Hijo ha muerto y al mismo tiempo, comprenden que ella pide a Dios, a Nuestro Padre, Misericordia para su Hijo.

La imagen recorre las calles de Murcia, muestra a todo el público su mensaje y todos sus hijos nos hacemos partícipes de su aflicción, de su angustia, del calvario que debe pasar una mujer al perder a su hijo. Las caras de los asistentes nos lo muestran, su expresión varía entre la admiración, la sorpresa, la ternura y la emoción. Pero sabemos que ese dolor, ese desánimo que demuestra su expresión y sus lágrimas es humano, y que la mirada que eleva al cielo, la Misericordia que pide al Creador es la misma Misericordia que todos nosotros pedimos en algún momento. Nuestra Virgen se erige en portavoz de los hombres, ruega a Nuestro Señor Misericordia para su hijo, para sus hijos, para nosotros.

Y todas esas sensaciones que se ven reflejadas en las caras del público que asiste a ver nuestro desfile, las vemos los nazarenos, los penitentes, los mayordomos, los estantes… Orgullosos mostramos a Murcia entera el mensaje de nuestra Virgen y emocionados vemos cómo ese mensaje llega a su destino.

En algunos momentos, el cansancio hace mella en nosotros y ni siquiera necesitamos agua para reponer fuerzas, sólo con mirar la imagen que portamos encima, sólo con entender la función que desempeñamos… nos fortalecemos, apretamos los hombros y continuamos con el camino.

Llega el momento del esperado encuentro, Nuestro Padre y Nuestra Madre se ven cara a cara, hay unos instantes de silencio ante cientos de personas, un halo de emoción nos cubre a todos y el nudo en la garganta vuelve a aparecer. Los sentimientos nos desbordan a todos, a los que estamos dentro y a los que estáis fuera. Surgen las lágrimas que se aplacan con los aplausos que se dejan oír en las calles.

Este año volveremos a repetir nuestro cometido, lucir a la Virgen de la Misericordia, mostrar su mensaje, emocionar al público y estar orgullosos de poder ser los encomendados en esta tarea.