[ARTICULO] Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. D. José María López García

En el diccionario editado por la Real Academia Española de la Lengua, entre otras acepciones, define a la Misericordia como un “atributo de Dios, en cuya virtud perdona los pecados y miserias de sus criaturas”.
Es por tanto este aspecto divino el que resume y singulariza el sentido de nuestra relación con Dios. Nosotros pecadores nos acercamos a El con el deseo de sentirnos libres de nuestras debilidades y Este, con su generosidad infinita, siempre nos acoge en su regazo una vez liberados de los mismos.

Esta actitud bondadosa que nos permite obtener el perdón de nuestros pecados al tiempo que poder entonces, limpios y libres, disfrutar de la Eucaristía para estar en comunión con el Padre, son el verdadero sentido en nuestra vida como cristianos.

Nuestra salvación es imposible sin nuestra redención, la cual solo podremos obtener por la misericordia divina que El nos asegura y que nos demuestra el amor constante que nos dedica.

El evangelista san Mateo (5,3-11) nos cuenta las promesas de felicidad (bienaventuranza) hechas en el Sermón de la Montaña por Jesucristo a quienes acepten sus enseñanzas y vivan según las virtudes de humildad, mansedumbre y paciencia. En una de ellas nos exhorta a que nosotros seamos también misericordiosos con nuestros semejantes lo cual nos garantizara el alcanzar la misericordia divina.

Esta forma de actuación a la cual, como cristianos, Jesús nos invita a que la asumamos como propia y de forma constante en el desarrollo cotidiano de nuestra vida, por nuestra frágil condición humana en algunas ocasiones nos es difícil de poder llevarla a la práctica.
La Virgen María bajo la advocación de la Misericordia es nuestra mejor aliada y la perfecta mediadora ante Dios de nuestros anhelos de obtención de la misma.

Si nuestro Padre siempre esta dispuesto a tener esta actitud generosa con nosotros, la intercesión maternal de María, a la que reconocemos como Madre de Dios, nos asegura la obtención de la misma.

Nuestra Madre de la Misericordia siempre esta deseosa de ayudarnos y cada vez que lo deseemos podemos confiarnos a Ella. La práctica de la diversidad de devociones marianas que conocemos: El rosario, el Ángelus, himnos, salmos y oraciones, nos permiten cada vez que queramos poder llegar a ella y obtener su consuelo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s